Saturday, November 25, 2006

Sonidero nacional


Para que regreses… para que te quedes conmigo… que no te encuentres quien te pueda amar, por eso lo digo…

Un New Yorker (o un cougar?) rojo bastante jodido con un rosario de madera colgado del retrovisor y una Virgen de Guadalupe en el vidrio. Una frontera... un muro adornado con sus respectivas cruces… una población fronteriza sepia y llena de polvo.

y desde Monterrey una cumbia colombiana para todo el mundo… sonidero nacional tarareando el compás, salido del barrio ballenato free style…

La típica boda de rancho. Todo el pueblo ha sido convidado a la fiesta y al banquete… arroz, mole y varias gallinas apenas degolladas. Un cholo vestido de traje desposando a la flor más bella del ejido. Una orgullosa madre que encuentra la forma de re-estrenar ese vestido que la ha acompañado en infinidad de bodas, aun cuando hayan pasado muchos años y muchos kilos.

Que toque el del acordeón y que empiece el pachangón, que no paren los tambores y que bailen los señores…

Y el baile… como sólo los mexicanos saben hacerlo: con una mezcla de sabor, diversión y torpeza alcohólica.

Tú me acostumbraste a todas esas cosas y tú me enseñaste... que son maravillosas. Sutil, llegaste a mí como la tentación, llenando de ansiedad, mi corazón…

No pueden faltar las tradiciones. Un novia que muerde el pastel (en México no hay pastel sin mordida), un novio que vuela por los aires y que se lleva una buena lana en billetes pegados al cuerpo. Y por supuesto, un borracho lanzando balas perdidas a Dios sabe dónde.


Hay partes de la película que realmente capturan el sabor de México. No se si el director haya logrado capturar el sabor de Japón y Marruecos pero estoy seguro que con México lo logró... hay partes que saben y saben mucho a México.

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